La gestión de la
calidad desde el contexto de la diversidad es un gran desafío educativo, puesto
que no todos entendemos lo mismo por calidad y si además se habla de educación,
el concepto se vuelve más complejo cuando se mira la pluralidad cultural que existe
en nuestro país. Esa es una de las
principales reflexiones a las que se arribó durante la primera conferencia,
denominada “Gestionando la calidad desde la diversidad”, del IV Congreso Nacional de Acreditación “Gestión de
Calidad: Saltando tu propia valla”, que organizó el Sistema
Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa
(Sineace).
En la misma, el
director académico del Instituto Superior Pedagógico Público “Salvador Cavero
Ovalle” de Ayacucho, Wilber Reyes Araujo sostuvo que para abordar el tema es
importante tomar como referencia la identidad, lo que implica dar una mirada a
nuestros antepasados.
“En nuestro caso,
tomamos en cuenta el ayllu, que es un concepto de reciprocidad de respeto y
buen vivir. No existe el yo, sino el nosotros. Entonces rescatamos estos
elementos culturales para transmitir y empoderar a nuestros jóvenes
estudiantes, y garantizar la unidad institucional con un trabajo de mucho
compromiso”, agregó.
El educador resalta
que uno de los principios de la calidad es el compromiso y si este valor no se
desarrolla en los estudiantes y los docentes, entonces no se podrá garantizar
la calidad de servicio.
En esa misma línea,
el director general de Calidad Académica y Acreditación de la Universidad
Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas, José Quispe Osorio recordó que en el
país contamos con comunidades nativas, por lo que también resaltó la necesidad
de mirar la calidad desde la diversidad cultural. “Ha sido un reto
inculcar los aspectos de la identidad a partir de sus vivencias y el cariño a
su tierra”, comentó.
Por otro lado, la jefa de la oficina de
Unesco en Lima, Magaly Robalino Campos señaló que entender y atender la calidad
desde la diversidad es uno de los más grandes desafíos, por lo que se requiere
que todos puedan acceder a una buena educación, en el que se consideren los
saberes y las prácticas de sus pueblos.
Además, recordó el
reto del acceso y la cobertura de la educación, en donde se cumpla con las
expectativas de servicio de la población. “Hablar de las demandas es hablar de
personas que tienen expectativas y sueños”, agregó.
Finalmente, se
concluyó en que los peruanos deben ser formados para actuar, tomar decisiones y
participar en sus comunidades. Y para ello, se necesita de un enfoque de
calidad desde la diversidad en la que se tengan modelos de desarrollo humano
inclusivos y éticos. En otras palabras, significa una educación que contribuya
a los estudiantes a configurar sus proyectos de vida.
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